
El vehículo de nanocelulosa (NCV) ha sido desarrollado por un consorcio encabezado por la Universidad de Kyoto y respaldado por el Ministerio del Medio Ambiente en Japón. El vehículo presenta un perfil ecológico que se logra utilizando nanofibras de celulosa (CNF) derivadas de la pulpa de madera como alternativa a los metales convencionales que se utilizan para la fabricación de automóviles.